Tradicionalmente las picadas han tenido una gran proporción de productos cárnicos con gran aporte calórico, aunque en la actualidad se elaboran picadas dietéticas y ovolactovegetarianas e inclusive solo veganas.
Una picada típica suele incorporar variedad de embutidos secos, fiambres, quesos, aceitunas, panificados y snacks, en dados, láminas o pequeños trozos, como por ejemplo: salame (ya sea picado grueso, picado fino, salame de Milán, salamines, etcétera), mortadela, salchichón primavera, longaniza, varios snacks como maní salado, papas chips y palitos salados, además de queso semiduro, aceitunas, galletas saladas (galleta marina, cracker, etcétera), grisines y baguettes.
Los ingredientes pueden ser previamente ahumados, cocidos, lampreados, hervidos, fritos, sofritos, salteados, cocidos al vapor, salados, charqueados, salmuerados o a la vinagreta, o aliñados con aceto balsámico, jugo de limón, etcétera.
El típico copetín era consumido en las grandes ciudades argentinas y uruguayas por la gente adulta hacia la media tarde, en lugar de una merienda; pero como el ritmo de vida hizo difícil tal colación vespertina, con el tiempo se volvió infrecuente.
También se realizan picadas habitualmente, aunque menos abundantes, antes de degustar un asado.