A su paso por Roma al frente de su ejército, en enero de 1495 se entrevistó con el papa Alejandro VI, que se vio obligado a hacer ciertas concesiones al rey, entre ellas la creación como cardenales de Guillaume Briçonnet y Felipe de Luxemburgo.
También en 1509 fue nombrado obispo de Saint-Pons-de-Thomières,[b] sede de la que había sido titular su sobrino, que mantuvo hasta 1511.
[15][16][c] Cardenal protopresbítero desde 1508, el año siguiente optó por el orden de los cardenales obispos, recibiendo el título de Albano.
[23][24] Julio II le nombró legado en Francia, cargo que fue confirmado por León X.
[26][27][28][e] Fue incluido en el martirologio galicano por algunos hechos milagrosos ocurridos junto a su tumba,[29] que resultó destruida por los hugonotes durante las guerras de religión de Francia,[30]