El investigador Luis Plantalamor, vinculado al Museo de Menorca, ha propuesto un esquema cronológico para explicar este periodo de la prehistoria menorquina, dividiéndolo en pretalayótico I y pretalayótico II.
[2] Sepulcros subterráneos excavados en cavidades naturales o artificiales abiertas a la roca caliza.
Presentan planta rectangular u ovalada, a la que se accede por un corredor inclinado o una especie de chimenea.
La cámara suele presentar elementos diversos como bancos, cámaras laterales o absidiales, nichos, fosa central, etc., y tanto ésta como el corredor estarían cerrados con losas encajadas.
Tenemos ejemplos en la necrópolis de cala Morell, Biniai nou o Sant Tomàs.
Presentan una clara separación entre el corredor y la cámara, una cubierta de grandes losas planas horizontales y, incluso, a veces, una losa perforada que da acceso a la cámara principal.
La puerta en el exterior de este tipo de tumba suele estar formada por jambas monolíticos o polilítica y un dintel ciclópea, y en el interior podemos encontrar bancos corridos y un piso superior, al que se accede mediante una especie de chimenea que se encuentra al final del corredor.