Estas últimas se conocen en la literatura científica como navetas o navetiformes.Por sus características, el navetiforme es una construcción de piedras dispuestas en seco, usando la técnica constructiva ciclópea.
Si hacemos un corte transversal a sus muros, veríamos que constan de tres partes: el muro exterior, que tiene las piedras más grandes, el muro interior (correspondiente al interior de la cabaña) y, entre ambos, un relleno de tierra y piedras más menudas.
En muchos casos se encuentran varias navetas adosados, formando grupos de hasta cuatro, aunque se ha comprobado que corresponden a construcciones añadidas en diferentes momentos.
A menudo se han encontrado también pequeños muretes que dividen la estancia en tres o cuatro pequeñas "habitaciones", pero son modificaciones de época romana, pues muchas de estas cabañas continuaron siendo utilizadas durante casi dos milenios.
Se conocen navetiformes aislados, adosados, agrupados, y hasta haciendo poblado con numerosos ejemplares.
El periodo en que se construyen estas estructuras es seguramente el de mayor homogeneidad cultural de todo el archipiélago balear incluyendo Ibiza, factor que parece desaparecer a finales del Bronce cuando entre las dos grandes islas parece haber cambios significativos.
En su interior se documenta, generalmente, un fuego, situado casi en la parte central de la vivienda y con dos bancos alrededor.