El Código Penal establece, en su artículo 32 bis regla 1.ª, que aquel condenado por esta última pena no podrá optar a la libertad condicional sino una vez transcurridos 40 años de privación de libertad efectiva.La pena de muerte como castigo máximo se aplicó en Chile desde tiempos coloniales.Según fuentes oficiales, desde 1890, en Chile 57 personas fueron condenadas por los tribunales a la pena de muerte.[19] Solo dos (el alemán Guillermo Beckert y el francés Émile Dubois) eran del extranjero y no hubo mujeres fusiladas, aunque hubo varias condenadas a la pena de muerte, entre ellas Corina Rojas (parricidio) y Teresa Hidalgo (cuatro homicidios); todas lograron apelar su sentencia o recibieron el indulto presidencial.[20] Además, se ha sido reportado que el asesino en serie y pederasta Francisco Varela Pérez también fue sentenciado a pena de muerte, pero no existe evidencia que fue ejecutado[20] Supuestamente Felipe Ñancúpel (sobrino de Pedro Ñancúpel) también fue fusilado, este en 1914 por asesinar a su esposa,[21] y tampoco aparece en fuentes oficiales.