En 1933, Rebeca Larraín Echeverría, murió de un disparo por la espalda perpetrado por su esposo, el arquitecto Roberto Barceló.
Fue el mismo Barceló quien dio aviso a las autoridades, informando que su esposa había fallecido; al momento de llegar Carabineros al lugar, lo detuvo como principal sospechoso del crimen.
Hasta ese punto, los abogados de Barceló continuaron intentando anular la condena, pidiendo el indulto al presidente de la época, Arturo Alessandri Palma, sin embargo este se negó, según lo rumoreado por la cercanía a la familia materna de Rebeca Larraín.
En un comienzo pasó desapercibido debido al origen social de la pareja, Roberto Barceló, era un destacado arquitecto que estuvo a cargo del diseño del edificio donde funcionaba el Diario La Nación.
[4] Por otro lado, su esposa y víctima, Rebeca Larraín Echeverría, era tataranieta de Andrés Bello (redactor del código civil chileno) e hija de Inés Echeverría Bello, destacada escritora del siglo XIX, bajo el seudónimo de “Iris”, esto significó que los hechos de violencia familiar no tuvieran la repercusión esperada, especialmente porque la defensa de Barceló calificaba el crimen como un “accidente doméstico”.