Su ejecución terminaría siendo la última en Chile, dado que la práctica se ilegalizaría para crímenes ordinarios en 2001.
Este caso se transformó en uno de los hechos más recordados en la historia policial del país.
Luego de que Sagredo, enrabiado por las constantes preguntas que les hacía Quijada, le confesara sus crímenes, el cabo Quijada lo denunció al Grupo Especial OS7 de Carabineros.
[10] Un testigo del fusilamiento recuerda la tensión y el ambiente que rodeaban al lugar.
A los dos hombres les colocaron un disco naranja en la zona del corazón para que allí apuntaran los tiradores», recordaba en 2013 José Gai, editor nocturno de Las Últimas Noticias que presenció la realización de la condena.