A él le siguieron otros extranjeros como William Harry Short, Alexandre de Azevedo, etc.
Los primeros españoles que rodaron películas lo hicieron en 1897 como en el caso de Eduardo Moreno o Joseph Sellier.
A este último se debe la película desaparecida El Entierro del General Sánchez Bregua (junio de 1897).
Eduardo Jimeno Correas, si bien fue un pionero importante, no llegó a rodar películas hasta el año 1899.
La primera película española con argumento fue Riña en un café (1897), del prolífico fotógrafo y director barcelonés Fructuós Gelabert.
El drama rural La aldea maldita (1930) de Florián Rey se convierte en un éxito en París, donde, al mismo tiempo, Buñuel y Dalí estrenaban Un perro andaluz, ambas silentes.
Apenas cuatro días antes, se había estrenado la primera película sonora: Fútbol, amor y toros dirigida por Florián Rey.
Entre estos destacan Mario Camus (Los farsantes, 1963; Young Sánchez, 1964); Miguel Picazo (La tía Tula, 1964); Francisco Regueiro (El buen amor, 1963); Manuel Summers (Del rosa al amarillo, 1963), Julio Diamante (Tiempo de amor, 1964), Basilio Martín Patino (Nueve cartas a Berta, 1965), Angelino Fons (La busca, 1966), y, sobre todo, Carlos Saura (La caza, 1965).
En ella destacan Jacinto Esteva, Pere Portabella, Joaquím Jordà, Vicente Aranda, Jaime Camino o Gonzalo Suárez, que realizarían sus obras más importantes ya en la década de los 80.
También en esos años los espectadores llenan las salas para asistir a películas de la llamada «comedia madrileña» representada por directores como Fernando Colomo, el clasicista Fernando Trueba y, sobre todo, las comedias despendoladas del personalísimo Pedro Almodóvar, vuelto luego hacia el melodrama sofisticado.
Fracasada en su estreno, merece mención la surrealista Amanece, que no es poco (José Luis Cuerda, 1989), convertida hoy en película de culto.
En lo que se viene denominando el nuevo nuevo cine español, acontecido a partir del 2010, muy presente en festivales internacionales y filmado en muchas ocasiones pero no siempre en digital, destacan directores como Albert Serra, Jaime Rosales, Carlos Serrano Azcona, Oliver Laxe o Pedro Aguilera.
Autores como Carlos Saura, Richard Lester, Manoel de Oliveira, Jacques Demy, Alain Resnais o Norman McLaren participaron en sus primeras ediciones.
[14] La fecha escogida hace referencia al momento en el que se finalizó la producción de la película española, Esa pareja feliz, en 1951.
Belmonte (Juan Sebastián Bollaín, 1995) y Manolete, aunque no interpretadas por los propios biografiados sino por actores, son encuadrables en este apartado.
En este apartado debe comenzarse por hacer referencia al tratamiento cinematográfico recibido por la obra cumbre de la literatura en castellano, El Quijote, llevada a la pantalla en numerosas ocasiones tanto por cineastas nacionales como por extranjeros.
Carmen, obra del francés Prosper Mérimée, aunque no pertenezca a la literatura española también ha dado un buen número de películas en España.
Lope de Vega fue adaptado por primera vez en Fuenteovejuna (Antonio Román, 1947), existiendo una versión posterior, en coproducción con Italia (Juan Guerrero Zamora, 1972).
Durante los años sesenta y setenta, pese a que continúan los rodajes protagonizados por Sara Montiel, Lola Flores, Paquita Rico y Marujita Díaz; se produce una decadencia del género si bien se incorpora a él una figura ascendente, Rocío Jurado, que interpretaría varias películas.
Al amparo de este éxito, otros grupos como Regaliz con Buenas noches, señor monstruo (1982) o la cantante infantil Macarena Camacho Chispita, que protagonizaría Chispita y sus gorilas (1982), acompañada por dos protagonistas de la serie Verano azul, Miguel Ángel Valero y Miguel Joven.
Tras este periodo, que concluye en torno a 1983, el género desaparecería prácticamente por completo, salvo por esporádicas intentonas realizadas por grupos como Bom Bom Chip en El niño invisible (1995), o los cantantes infantiles Raulito con Franky Banderas (2004) y María Isabel con Ángeles S.A. (2007), entre otras, pero estas intentonas casi siempre carecieron del respaldo de la crítica y del público.
Otra película de este apartado, Montoyas y Tarantos (Vicente Escrivá, 1989) aspiró, sin éxito, a la misma nominación.
Aunque la mayoría de los directores más importante de este género fueron italianos, también los hubo españoles como los hermanos Alfonso Balcázar y Jaime Jesús Balcázar, los también hermanos Rafael Romero Marchent y Joaquín Luis Romero Marchent, José María Zabalza, Julio Buchs e Ignacio F. Iquino.
Landa, frecuentemente acompañado por José Luis López Vázquez, representó en numerosas películas al macho ibérico, prototipo medio del español de la época: bajito, moreno, obsesionado con las mujeres y reprimido sexualmente.
Hubo actrices que se especializaron en este tipo de películas, como Andrea Albani, Bárbara Rey, la ya citada María José Cantudo, Nadiuska, Ágata Lys, Blanca Estrada o Eva Lyberten, cuyas carreras entraron en decadencia, o simplemente terminaron, con el declive de este género.
Otras tuvieron que sumarse a la moda como, en cierta medida, Ana Belén, Esperanza Roy o, sorprendentemente, Carmen Sevilla.
Fue un cine que contó con directores como Carlos Aured, Jesús Franco, León Klimovsky, Amando de Ossorio, Enrique López Eguiluz y Jacinto Molina, entre otros.
Destacar también la película Volando voy de Miguel Albaladejo, que volvía a los años setenta para contar la vida del Pera —un mítico delincuente juvenil finalmente reinsertado en la sociedad—.
El género acabó con La batalla del domingo, una película en la que una vez más aparecían todas las figuras futbolísticas de la época.
A principios del siglo XXI, Gonzalo Suárez rodó El portero, una tragicomedia ambientada en la posguerra.