Pedro Antonio Fernández de Castro

Fue famoso en ese período al ser justiciero e inflexible, se preocupó por la pureza de prácticas religiosas.

Dio impulso a la construcción de edificaciones en Lima, y fundó algunas instituciones públicas, como un hospital para indios convalecientes y un hospicio para mujeres arrepentidas: la Casa de las Amparadas.

A principios de la década de 1670 las noticias que llegaron a Lima sobre el famoso corsario inglés Henry Morgan, quien había tomado Chagres, capturado y saqueado la ciudad de Panamá motivaron a que el virrey Fernández de Castro enviara una expedición de 18 barcos y casi 3000 soldados, pero su llegada a Panamá fue demasiado tarde; Morgan ya había abandonado la ciudad.

[1]​ Ayudó no solo económicamente, sino que laboró durante la construcción de la Iglesia de Los Desamparados, cerca al puente en el río Rímac, en Lima.

Durante su gobierno se produjo un hecho prodigioso al intentar borrar la imagen del Señor de los Milagros, por lo cual mandó edificar una ermita, además encargó a Manuel de Escobar y Fray Diego Maroto el refuerzo de las bases del mural y lo subió a una altura mayor.