[1] Su nombre se refiere al municipio andaluz de Gibraleón, en la provincia de Huelva.
En 1306 Alfonso de la Cerda, nieto del rey Alfonso X el Sabio, recibió el señorío de Gibraleón como parte de las compensaciones establecidas por renunciar a sus derechos al trono.
Surgía así uno de los señoríos más antiguos e importantes del territorio onubense, objeto de disputas y ambiciones nobiliarias.
Este murió sin descendencia legítima por lo que el marquesado de Gibraleón pasó a su sobrina Teresa de Zúñiga Guzmán y Manrique, III duquesa de Béjar, quien reunió en su persona ambos marquesados, para luego separarlos de nuevo concediéndolos a dos de sus hijos.
Posteriormente, al morir sin sucesión el XIII marqués de Ayamonte, el título recaería en la casa de Arcos, que por matrimonio pasaría a la casa de Osuna.