Paul Erdős
Las desgracias familiares habidas tuvieron el efecto de que Lajos y Anna fuesen extremadamente protectores con Paul.Lajos, su padre, fue capturado por el ejército ruso cuando atacaron a las tropas austrohúngaras.Terminada la Primera Gran Guerra, Miklós Horthy, nacionalista de derecha, asumió el control del país.[2] Ese mismo año, Lajos, su padre, regresó a casa después de su cautiverio en Siberia.En la época de entreguerras, a medida que Erdős crecía, la hostilidad era cada vez mayor contra los judíos.Cuando tenía sólo seis años de edad, ante el aumento del antisemitismo, sugirió realizar una conversión.Su amistad con Ulam fue importante para presentar a Erdős más tarde, cuando se encontraba en los Estados Unidos.Sin embargo visitó Budapest tres veces al año durante su estadía en Mánchester.En 1958 el Departamento de Estado le otorgó un «visado especial» para asistir a una conferencia en Colorado.Durante su estancia, un funcionario de inmigración le acompañó a todos lados.En 1962 escribió a sus amigos que, al parecer «la política exterior de EE. UU.Como su colega Alfréd Rényi decía: «un matemático es una máquina que convierte café en teoremas», y Erdős tomaba grandes cantidades.(Esta cita es continuamente atribuida a Erdős, pero parece ser que en realidad el primero en usarla fue Rényi.)Otros elementos de su particular vocabulario eran: «épsilones» para referirse a los niños; las mujeres eran «jefes» y los hombres eran «esclavos»; las personas que habían dejado de trabajar en matemáticas, estaban «muertos» y los que habían muerto «se habían ido»; las bebidas alcohólicas, «veneno»; la música, «ruido»; cuando daba una clase, «predicaba».Para su epitafio sugirió algo así como «Finalmente dejé de volverme tonto» (en húngaro: «Végre nem butulok tovább»).