Este nuevo gobierno inició una política que se distanció del régimen garciano, con la ampliación de derechos y libertades, pero no se acercó al liberalismo, al no admitir la asamblea constituyente que buscaban los liberales radicales.
Por estas distancias los liberales lo derrocaron tras un año en el poder y nombraron a Ignacio de Veintemilla.
Tras la caída de Ignacio de Veintemilla, derrocado por fuerzas conservadoras y liberales, se elige a José María Plácido Caamaño, hombre del centro, que resulta elegido una alianza entre los conservadores centristas y los liberales-católicos, que formaron un tercer grupo político diferente del de los liberales y los conservadores.
Flores había sido el candidato del oficialismo y siguió esa política de centro, en la cual amnistió a los liberales arrestados en las rebeliones contra Caamaño, consiguiendo así obtener estabilidad para su gobierno.
[7] Tras esto no hay nueva participación conocida de este partido en las elecciones o el gobierno.