El sistema político de Ecuador se basa en una serie de condiciones históricas y sociales que han hecho que los partidos políticos tengan una connotación muy importante dentro del convivir del ciudadano ecuatoriano.
Tras el retorno a la democracia los partidos más antiguos fueron progresivamente perdiendo fuerza mientras otros como la Democracia Popular, el Partido Social Cristiano y la Izquierda Democrática fueron ganando mayor influencia, también lo hizo el Movimiento Popular Democrático, ya que si bien, sus resultados electorales eran apenas suficientes para tener representación legislativa, su base sindical era lo suficientemente importante para presionar a gobiernos a través de huelgas, paros y movilizaciones.
Muestra de esta influencia son las elecciones de 1984 donde Leon Febres-Cordero Ribadeneyra y Rodrigo Borja Cevallos del PSC e ID, respectivamente, disputaron la presidencia, resultando ganador, Febres-Cordero; Borja tendría su revancha 4 años después, en las elecciones de 1988 donde se impuso al populista Abdala Bucaram, cuñado del expresidente Roldos, y que recientemente había creado su partido (igualmente de corte populista) Partido Roldosista Ecuatoriano tomando el nombre del fallecido mandatario.
Las elecciones de aquel año marcaron un hito en la historia electoral del país, al ser la primera vez que un solo partido alcanzaba una mayoría parlamentaria, cosa que no se repetiría hasta dentro de 25 años.
En esas elecciones Sixto Duran Ballen participó por el PSC, quedó tercero en la contienda, luego crearía su propio partido Unidad Republicana (PUR) con el que alcanzaría la primera magistratura del estado en las elecciones de 1992 en coalición con el Partido Conservador que presentó a Alberto Dahik como candidato a vicepresidente.
Noboa luego se desafiliaría del PRE para crear el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) con el que participaría con derrota, en las elecciones de 2002, 2006, 2009 y 2013.
En 2002 Gutiérrez derrotó a Álvaro Noboa por la Presidencia, su gobierno al igual que el de Bucaram y Mahuad, acabó en destitución, el Congreso declaró el abandono del poder, tras la Rebelión de los Forajidos y el vicepresidente independiente Alfredo Palacio fue posesionado como presidente.
Le siguió Alianza PAIS que según su dirigencia recolectó un millón de firmas.
[2] así se siguieron sucediendo los partidos que iban siendo acreditados, el PSP, el PSC, el PRE, el PRIAN, Concertación, Pachakutik.
Algunos históricos como la ID tuvieron problemas internos y no lograron reinscribirse, situación similiar sucedió con la Unión Demócrata Cristiana (la antigua DP).
En las elecciones 2013, Rafael Correa con 57%, salió reelecto una vez más en primera vuelta, el banquero Guillermo Lasso de CREO ocupó la segunda posición con 22%, además Alianza PAIS, consiguió una mayoría absoluta de 100 de los 137 asambleístas, sin contra alianzas, la más grande mayoría en la historia legislativa del Ecuador, CREO que consiguió apenas 10 escaños se autodenominó como la "segunda fuerza política" del país.
Al año siguiente se dieron elecciones seccionales donde se elegían a las autoridades locales, los resultados de estas elecciones fueron poco favorables para Alianza PAIS por primera vez desde su existencia pues perdió las alcaldías de Quito, Guayaquil, Cuenca y otras importantes capitales provinciales y ciudades grandes del país, sin embargo ganó la mayoría de Alcaldías y Prefecturas provinciales.
La ley exige que para conservar su registro electoral, los partidos deben obtener al menos 4% de voto popular en 2 elecciones plurinominales consecutivas, como el PRE, el PRIAN, el MPD y Ruptura 25, no obtuvieron estos resultados, el CNE les retiró su personería jurídica y eliminó del registro electoral, extinguiendo a estos partidos[4] La dirigencia del antiguo PRE, dirigida por Abdalá Bucaram Pulley se convirtió en el partido Fuerza Ecuador - FE conservando el número 10 y los colores rojo y amarillo del partido de su papá.
[11] Los partidos Social Cristiano y Roldosista Ecuatoriano han mantenido una tendencia ascendente hasta 1996, experimentando un descenso en 1998 donde el partido Social Cristiano logró recuperar su nivel y mantuvo la tendencia ascendente, mientras que, los otros dos partidos han carecido de esa regularidad en las votaciones y presencia legislativa, por lo que han tenido una trayectoria sinuosa.
Bajo este precedente se identifica una correlación entre la consolidación y la mejora en la distribución territorial del partido.