Fue una de las figuras más importantes en la Irlanda y el Reino Unido del siglo XIX.
Forzado por las difíciles circunstancias financieras del Estado heredado, abandonó su educación y nunca logró obtener el grado aspirado.
En 1871 se unió a su hermano mayor John Howard Parnell (1843-1923), quien era agricultor en Alabama (más tarde miembro del parlamento y heredero del Estado de Avondale), en un largo viaje a través de los Estados Unidos.
Fue reconocido como un gran terrateniente al jugar un papel prominente en la industrialización del área de Wicklow.
Fue en apoyo a este movimiento que Parnell intentó por primera vez ser elegido en Wicklow como representante, pero al ser Gran Sheriff, fue descalificado, resultando nuevamente derrotado en las elecciones de 1874 al condado de Dublín.
Entre sus tácticas preferidas estaba el pronunciar interminables discursos poco relacionados con la cuestión que se estuviera tratando.
Su posición con respecto a la IRB ha sido una cuestión largamente debatida durante más de un siglo.
[1][2] En diciembre, durante una recepción en honor a Michael Davitt con motivo de su puesta en libertad, conoció a William Carroll, que le comunicó el apoyo del Clan na Gael en su lucha política por el autogobierno.
Esto significó la unión de las masas con la agitación parlamentaria, lo que traería grandes consecuencias para ambos movimientos.
Parnell cosechó un éxito clamoroso, llegando a entrevistarse con el presidente estadounidense Rutherford B. Hayes en febrero de 1880.
Parnell quedó tan aturdido por los sucesos que ofreció a Gladstone su dimisión como Miembro del Parlamento.
Parnell entendió que la adhesión explícita del catolicismo iba a ser vital para el éxito de su proyecto, y trabajó codo a codo con la jerarquía eclesiástica en consolidar su poder sobre el electorado irlandés.
Parnell se centró entonces en el partido de la Liga por el Autogobierno, del que sería reelegido líder durante una década, pasando la mayor parte del tiempo en Westminster, con Henry Campbell como secretario personal.
Replicó la estructura creada en la INL y creó unas buenas estructuras de base, introduciendo la afiliación para reemplazar al sistema informal anterior, en el que los parlamentarios poco comprometidos con el partido votaban según su conveniencia, a veces incluso en contra de sus compañeros.
[18] O bien, decidían simplemente no asistir a las sesiones parlamentarias (algunos aduciendo cuestiones económicas, ya que el cargo de diputado no fue remunerado hasta 1911 y los viajes a Westminster eran caros y agotadores).
Tanto conservadores como liberales acabaron descubriendo puntos en común a partir de los que podían negociar con Parnell.
[21] Gladstone comprometió al ala más progresista de su partido a apoyar la causa irlandesa.
[22] El Parlamento fue disuelto, y se convocaron elecciones con la cuestión irlandesa como punto caliente.
Parnell fue rehabilitado públicamente, para disgusto de los Conservadores y del primer ministro Salisbury.
[23] No obstante, la publicación del informe completo en febrero de 1890 no consiguió para limpiar la imagen del movimiento Parnelita, por lo que Parnell llevó a The Times que pagó 5000 libras en concepto de indemnización, en un acuerdo extrajudicial.
[2] Había superado una grave crisis, dando siempre imagen de tranquilidad, relajado e imperturbable, lo que impresionó grandemente a sus socios políticos.
Legalmente, Parnell era la causa aparente del divorcio, y fue la opinión pública inglesa la que se rebeló abiertamente contra él,[1] por lo que Gladstone le advirtió que, si se mantenía al frente del partido, perderían las próximas elecciones y sería el fin de la alianza entre ambos partidos y de la posibilidad de lograr el Autogobierno.
[1][2] Gladstone publicó su advertencia en una carga al día siguiente y los integrantes del partido, encolerizados, convocaron una nueva reunión el 1 de diciembre.
Pero Parnell, orgulloso y apasionado, se negó, proclamando que "Si me voy, será para siempre".
[1] Healy inició entonces una serie de violentos ataques a Parnell, articulando un nacionalismo católico agresivo.
Esta amarga ruptura conmocionaría al país y sus consecuencias resonarían hasta bien entrado el siglo XX.
Volvió para disputar la tercera y última elección en Carlow, tras perder el apoyo del Freeman's Journal cuando su propietario se pasó al bando anti-Parnellita.
[1] Parnell regresó a Dublín, partiendo en barco hacia Inglaterra el 30 de septiembre ("Estaré bien.
Comunicador eficaz, fue cuidadosamente ambiguo, eligiendo sus palabras en función de las circunstancias y del público, aunque siempre defendió la vía constitucional como base para el cambio.
Ningún hombre tiene el derecho de decir a su país "Hasta aquí puedes ir y no más lejos".