Igualdad salarial

Dado que la igualdad salarial es difícil de implementar en una sociedad libre, los gobiernos suelen establecer leyes de discriminación positiva que procuran establecer cierta paridad entre quienes son discriminados y quienes no lo son.De esa manera varias jornadas laborales reemplazaban a una por el mismo costo empresarial.O sea que, para vivir todos los integrantes de una familia, estos debían trabajar y no se les pagaba por el excedente de trabajo que desempeñaban en relación con uno.[4]​ El mercado laboral se ha caracterizado, sin embargo, por diferenciar a trabajadores y trabajadoras por características que no tienen ningún tipo de influencia sobre los niveles de productividad -sexo, etnia, origen, etc.-.De esta manera, la discriminación laboral se define como "una situación en la cual una persona que ofrece servicios laborales y que presenta igual productividad que otro grupo de personas, es tratada de forma desigual por características individuales observables como raza, etnia o género (Altonji & Blank, 1999).Más formalmente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que “el término discriminación comprende cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación.” (OIT, 2012, pág.En la actualidad, ésta aún existe incluso en su forma más reconocida, como la discriminación a las mujeres.A pesar del creciente aumento en el número de mujeres participando en el mercado laboral, la discriminación laboral hacia este grupo continúa siendo elevada, enfrentando las mujeres mayores tasas de desempleo, a la vez que se ocupan en empleos con menores pagas y una inferior protección laboral.Las tres primeras formas de discriminación son consideradas, a su vez, como una “discriminación postmercado” ya que ocurre luego que el individuo comienza su actividad en el mercado laboral y la última, por su parte, es conocida como “discriminación premercado” porque ocurre antes que del ingreso del individuo al mercado laboral.[9]​ Existe cuando, manteniéndose todo lo demás constante, un grupo soporta una mayor carga del desempleo.Esto trae como consecuencia la escasa representación femenina en los cargos de mayor poder y prestigio, los cuales son generalmente mejor remunerados que los puestos no jerárquicos.Esto es así debido a que los empresarios poseen prejuicios sobre determinadas características personales del grupo minoritario, típicamente el género o la etnia.asociado a los costos no económicos de contratar al trabajador del grupo minoritario (sus prejuicios).Los trabajadores pertenecientes al grupo discriminado deberán aceptar un estipendio menor para compensar el valor deDe esta forma, los trabajadores pertenecientes a este grupo sólo serán contratados si su salario es inferior al del resto de los trabajadores en un valor al menos tan grande comoPor ejemplo, si el salario del mercado asciende, en promedio, a 100 pesos y el coste (personal) que tiene para el empleador contratar mujeres es de 30, las mujeres serán contratadas únicamente si aceptan un sueldo que no supere los 70 pesos., y en el eje de las abscisas se ordena a los empresarios desde el menos discriminadoraumenta, y por ende, mayor es la diferencia salarial que el empleador está dispuesto a aceptar.En primer lugar, modificaciones en la demanda de trabajo genera alteraciones en la ratio salarial entre hombres y mujeres.Por ejemplo, si ocurre una reducción de la discriminación por factores culturales o legales, la curva de demanda prolongaría su tramo horizontal, a la vez que disminuiría la pendiente para los empresarios que cumplanPor otra parte, la posición de la oferta femenina también es un determinante clave en las diferencias salariales.Por otra parte, según este modelo la discriminación puede persistir gracias a la existencia de mercados no perfectamente competitivos.Según Becker la discriminación tendería a desaparecer conforme la competencia del mercado actúe, sin embargo, esto no ocurre, lo que puede explicarse por la existencia de mercados no competitivos.[7]​ El modelo básico es el presentado por Edmund Phelps en “The Statistical Theory of Racism and Sexism”,[13]​ donde el empleador sólo cuenta con información proveniente de una pruebaUn empleador con dicha función de utilidad va a decidir contratar trabajadores del grupo que maximice la productividad esperadaEl tercer modelo se basa en la segregación ocupacional, que implica la concentración de un determinado grupo (por ejemplo las mujeres) en ciertas ocupaciones.Por ende, para aumentar la productividad y los beneficios los empresarios segregan a los hombres de las mujeres.Por otra parte, otra explicación radica en los prejuicios sobre la productividad de las mujeres, lo que conduce a que empresarios de determinadas ocupaciones no contratarían a este grupo por sus ideas preconcebidas.En ambos casos se supone igual productividad de los grupos, y que el factor trabajo está siendo remunerado de acuerdo a su productividad marginal, simplemente, como las mujeres se concentran en un menor número de ocupaciones, la oferta laboral en dichas ocupaciones es grande en relación con la demanda, lo que genera estipendios inferiores en relación con los hombres.Si ocurriese un cambio cultural o legal, que generase que las ocupaciones ya no estuviesen segregadas, las mujeres se desplazarían a las ocupaciones típicamente masculinas de mayores remuneraciones.
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial , una trabajadora labra piezas en un torno revólver para aviones en la fábrica de Consolidated Aircraft Corporation en Fort Worth , Texas , Estados Unidos . La mujer sufre de una fuerte discriminación salarial: el salario promedio de las mujeres solo alcanza al 72-88% del promedio salarial de los hombres . [ 1 ]
Ejemplo gráfico del modelo del gusto por la discriminación