Gary Becker

Afirmó en múltiples ocasiones que fue ahí en donde encontró y desarrolló su interés por el estudio de las ciencias sociales, influenciado por Milton Friedman, quien realizaba estudios relacionados con problemas del mundo real, como mercados laborales, capital humano, entre otros.Por otro lado recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos en 2007, la cual es otorgada a aquellos ciudadanos que hayan brindado contribuciones a la seguridad de Estados Unidos, paz mundial y cultura, entre otros intereses públicos y privados, por lo que se considera el más alto honor que la nación le puede conceder a un civil.En estas investigaciones había temas con relación a la sociología, como lo es la discriminación racial, el crimen y las drogas.Entre sus principales obras destacan: Economía de la discriminación (1957), El capital humano (1964) y Tratado sobre la familia (1981).El comportamiento es impulsado por un conjunto mucho más rico de valores y preferencias”.Menciona que los criminales ven la posibilidad de cometer un delito si el castigo impuesto y su severidad son relativamente bajos, como por ejemplo las multas establecidas por crimen, o bien, si la probabilidad de ser atrapado es baja.[6]​ Gary Becker fue de los primeros en abordar el tema del capital humano, ya que había economistas que no consideraban importante el estudio de este rama porque era considerado como hábito o irracionalidad.Así, su investigación acerca del capital humano es considerada como su mayor aportación al análisis microeconómico.[7]​ Aquí, Becker mencionaba que, en el hogar, los individuos diferenciaban sus necesidades básicas (como el alimento y las relaciones afectivas) de las demás y, por tanto, las herramientas que tomaba en cuenta para satisfacer cada una de ellas.Así pues, veía al hogar como una fábrica, en donde se combinan bienes de capital, materias primas y trabajo para limpiar, alimentar, procrear y producir de manera distinta mercancías útiles.Dice que el consumidor neoclásico se vuelve parte de la producción y del consumo doméstico.[2]​ Según Gary Becker, “el derecho laboral y la protección del medio ambiente se han tornado excesivos en la mayoría de los países desarrollados”, pero “el libre comercio reprimirá algunos de estos excesos obligando a todos a seguir siendo competitivos frente a las importaciones procedentes de los países en desarrollo”.