La elección de la familia actuante tiene lugar mediante sorteo o insaculación el año anterior.
La tradición antigua mandaba que cada cofrade aportara un kilo de harina sin cerner y tres huevos para elaborar el pan.
La masa se guardaba en escriños, envuelta en frazadas de tela para mejor conservar el calor.
Tras el canto de los Gozos tiene lugar el singular reparto, para lo cual dos cofrades, cada uno con su cesta, se colocan junto a las puertas del atrio exterior.
En otros lugares en vez de pan dormido se hacen bollos, rollos o rolletes, con el mismo significado.