Palacio Concha-Cazotte

Su primer propietario fue José Díaz Gana, magnate de la minería, quién adquirió en 1872 la quinta.

Enrique Concha y Toro se convirtió en el nuevo dueño y la mansión pasó a llamarse palacio Concha-Cazotte, en cuyos 3500 m² se desarrolló durante más de 40 años gran parte del acontecer de la vida social santiaguina.

De ese baile se imprimió un libro donde salen fotografiados los asistentes vistiendo los disfraces utilizados.

La idea era reproducir en la antigua quinta un barrio europeo que había visitado Teresa en su juventud y del que quedó encantada, de tal modo se construyó un barrio de calles cortas y curvas entre cruzadas entre sí.

Tenía lujosos jardines, fuentes con juegos de aguas, una laguna con puentes, una gruta y diversas esculturas traídas desde Europa.