El sector de Cumming 29 es la parte más amplia del recinto.
Federico Johow, director, entonces, del Instituto Pedagógico, acogió la idea con entusiasmo y realizó todos los trámites para llevarla a la práctica.
En sus comienzos, comenzó a funcionar con un único curso de tercer año de preparatorias, compuesto por dieciséis alumnos cuidadosamente seleccionados, y para su funcionamiento se habilitó un salón en calle Manuel Rodríguez N° 54, que era arrendada por el Estado para proporcionar habitación a los profesores alemanes solteros contratados para el Instituto Pedagógico.
En esa sala considerada pequeña y defectuosa por Schneider y sus colegas, habían de hacer sus primeras armas los alumnos del primer curso del pedagógico que, al repartirse más tarde, por todos los liceos del país, llevarían consigo las nuevas tendencias, los nuevos métodos y el nuevo espíritu de la enseñanza secundaria chilena.
El traslado del Instituto Pedagógico en 1894 al local que ocupara durante más de medio siglo en Alameda esquina San Miguel, actual Ricardo Cumming contribuyó al progreso del liceo.
El pedagógico arrendó además un sitio contiguo, donde había una tosca construcción: una barraca que fue habilitada como patio cubierto y gimnasio.
El desarrollo del liceo había hecho necesario arrendar el edificio y sitio contiguos al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Federico Hanssen viajó a Chile, junto a otros pedagogos alemanes, para enseñar en el Instituto Pedagógico, con el propósito inicial de poner la educación al servicio de los trabajadores; al mismo tiempo creaba una instancia donde los estudiantes de pedagogía podían realizar sus primeras clases asesorados por sus guías y maestros.
Se creaba así el primer liceo nocturno de Chile y Sudamérica.
De esta unión surge el actual Liceo Nocturno Fiscal Federico Hanssen, con dieciséis cursos que se mantiene hasta hoy.
Progresivamente se fueron integrando las clases medias bajas y los sectores populares.
Con la dictadura militar, el debate político quedó restringido y la represión se acentuó en sus aulas.
En sus aulas se formaron, por ejemplo, los hermanos Vergara Toledo, aunque su acción política la debieron desplegar fuera del liceo, debido a que cualquier disidencia provocaba la inmediata expulsión.
Alumnos del establecimiento incluso llegaron a ocupar la sede de la Unesco en Chile.
[5] De inmediato la opinión pública exigió a la alcaldesa Carolina Tohá la responsabilidad que le cabe como sostenedora del recinto municipal, quien a su vez anunció acciones judiciales contra los responsables.
El baloncesto se ha transformado en el único deporte alentado por el Liceo en el cual se han realizado varios campeonatos de orden estudiantil entre escuelas, sin considerar aquellos deportes de habilidad como lo han sido los campeonatos de ajedrez y conocimiento, en los cuales ha existido amplia participación de estudiantes del Liceo.
Se pudo comprobar que los daños ocurridos dentro del Liceo fueron mínimos, descartando cualquier presagio establecido anteriormente.
[23] Esta nueva institución se declara sin fines de lucro y su función es apoyar el plan educativo trazado por las autoridades del Liceo, a fin de alcanzar plena relevancia a nivel nacional e internacional de la institución, apoyando con acciones, recursos y conocimiento a toda la comunidad aplicacionista.