[4] Considerado como una mera prolongación del genio creativo de los grandes genios del Alto Renacimiento (Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano) por sus epígonos (como los leonardeschi), el manierismo fue generalmente infravalorado por la crítica y la historiografía del arte como un estilo extravagante, decadente y degenerativo; un refinamiento erótico[5] y una "afectación artificiosa"[6] cuya elegancia y grazia[7] no fue apreciada plenamente hasta su revalorización en el siglo XX, que comenzó a ver de forma positiva incluso su condición de auto-referencia del arte en sí mismo.[10] El origen del término "manierista" proviene del uso de la palabra italiana maniera[11] en ciertos escritores del siglo XVI, como Giorgio Vasari (Le vite de' piú eccellenti architetti, pittori, et scultori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri, 1550 y 1568), para quien significa "personalidad artística", es decir, "estilo" en el más amplio sentido de la palabra,[12] entre otras diversas acepciones ("en la teoría de Vasari, el concepto que representa el elemento individual del arte es la maniera");[13] representando áreas estilísticas y fases temporales (la maniera greca -"manera griega", la pintura de influencia bizantina-, la maniera vecchia -"manera vieja"- y la terza maniera che noi vogliamo chiamare la moderna -"tercera manera que queremos llamar la moderna"-).El uso peyorativo del término comenzó más adelante, con los clasicistas académicos del siglo XVII, para quienes esa maniera se entendía como una fría técnica imitativa de los grandes maestros, como un ejercicio artístico rebuscado, en clichés reducibles a una serie de fórmulas.[16] Como sugiere John Shearman, el manierismo fue en gran medida una corriente artística que se originó en Italia y que posteriormente fue adoptado en el resto de Europa, siempre a partir de los estándares italianos.Las extremidades son raramente alargadas, las cabezas aparecen pequeñas y el semblante estilizado.Los colores[21] no remiten a la naturaleza, sino que son extraños, fríos, artificiales, violentamente enfrentados entre sí, en vez de apoyarse en gamas.La influencia italiana en Inglaterra llegó más tarde, desarrollándose en las primeras décadas del siglo XVII (Íñigo Jones).El disegno ("dibujo") se estableció como algo más que una mera función subsidiaria para las obras pictóricas, escultóricas y arquitectónicas.Su importancia en el mercado de arte fue creciendo, aunque todavía no llegaba a la cotización que alcanzó al siglo siguiente.Entre los principales "maestros del trazo" estuvieron Jacques Bellange, Jean Duvet, Bartholomeus Spranger, Hendrick Goltzius, Maarten van Heemskerck, Ugo da Carpi, Battista Franco Veneziano, Giorgio Ghisi, Daniel Hopfer, Sebald Beham o Jacob Matham, entre muchos otros.[24] El manierismo se ha intentado periodizar, aunque no hay un consenso para determinar en cuántas partes y con qué duraciones.[36] En Italia esa nueva música parece haberse iniciado con Willaert y sus discípulos, cuya elegante maniera significaba la creación de piezas con una armonía autónoma y una dramatización del texto cantado en el sentido de ilustrar musicalmente las sutilezas del significado.[38] Para el madrigalista Luzzasco Luzzaschi, la poesía era hermana gemela de la música, mas esta debía, no obstante, estarle subordinada ("una vez que la poesía fue la primera en nacer, la música la venera y honra como si fuese su señora, en una extensión tal que la música, habiéndose vuelto virtualmente una sombra de la poesía, no osa mover su pie si su señora no la ha precedido ... si el poeta eleva su voz, la música sube su tono, ella llora si el verso llora, ríe si él ríe, corre, se para, implora, niega, grita, enmudece, vive, muere, todos esos afectos y efectos son tan vívidamente expresados por la música que lo que se debería llamar propiamente de semejanza parece casi competición").[39] Tanto él como Nicola Vicentino, Cipriano de Rore, Luca Marenzio y otros se hicieron célebres por su experimentalismo armónico en el madrigal, aún no llegando a los extremos de Carlo Gesualdo, el más intensamente dramático de todos, cuyos cromatismos avanzados son un caso único en su época y prefiguran en algunos momentos la música moderna.[41] Importantes como fueron las conquistas de esa vanguardia profana, que serían seminales para el futuro Barroco musical, en su inicio representaron un fenómeno circunscrito a las pequeñas cortes italianas.La gran escena musical manierista fue básicamente dominada por compositores sacros, como Giovanni da Palestrina y Orlando di Lasso, cuya música se convirtió en un patrón para todo el continente.La primera mitad del siglo XVI presenció la disputa de la hegemonía europea entre Carlos V y Francisco I, correspondiendo a Enrique VIII, a los sucesivos papas, e incluso a potencias relativamente menores como la República de Venecia o el Ducado de Saboya, papeles más o menos destacados en el equilibrio entre ambos; al tiempo que las profundas transformaciones socioeconómicas se manifestaban política e ideológicamente en conflictos como la Reforma protestante y la guerra de Esmalcalda en Alemania.Capítulo aparte merece la escuela veneciana (el viejo Tiziano, Tintoretto, Veronés, Bassano, y arquitectos como Jacopo Sansovino, Serlio o Palladio).En la mayor parte de las construcciones del siglo XVI se da el estilo Tudor, que es un gótico tardío con fuerte personalidad nacional.Ofrece una factura más relajada e innova con una gama particular de tonos pardo-rojos y sombríos azules.Consigue satisfacer su amor sincero por la naturaleza y lo junta con su interés por la geografía, estimulada por los grandes descubrimientos de la época.Gillis Mostaert, que colabora con Grimmer, está animado por la misma búsqueda de verdad objetiva.Aunque sus cuadros conservan un profundo simbolismo, [Bruegel] fue el primero en desprenderse del género religioso.Mientras que los hermanos Valckenborch se establecen en Francfort y en Linz, Roelandt Savery, tras pasar por Holanda con su hermano Jacob, irá a Praga, y Gillis van Coninxloo dejará Amberes por el bosque renano antes de volver a Amsterdam.Se ignora si hizo el viaje a Italia, pero desde luego sus cuadros muestran una fuerte influencia italiana.[60] En cuanto al paisaje italiano, que en el Quattrocento aparece como un estudio humanístico de la naturaleza (la flora detallada de Botticelli), recibe un tratamiento espectacular por Leonardo y es parte esencial en la escuela veneciana del Alto Renacimiento (los Bellini, Giorgione, Tiziano).Se considera a Niccolò dell'Abbate el introductor del "paisaje manierista italiano" en Francia.Shearman propone a Leonardo da Vinci como artista que —en términos de la plástica— mejor articula la estética manierista, porque estableció un nuevo y más ambicioso concepto del retrato que "describe no solo las cualidades exteriores del sujeto sino también las cualidades interiores de la mente".[65] En la segunda mitad del siglo XVI triunfará en la corte española un modelo más sobrio: "... el retrato cortesano que se realiza por encargo de Felipe II.Destaca las figuras colocándolas sobre un fondo oscuro y dándoles un tono dorado a la manera veneciana.
Ídem
, interior. Encargadas las obras a Palladio, en 1566 se puso la primera piedra y en 1575 se iniciaron los muros perimetrales y el tambor de la cúpula, que se culminó en 1576. En 1591 se completó el coro, ya muerto el arquitecto (1580).
Venus dormida
, de Giorgione.
Bacanal de los andrios
, de Tiziano.
Tumba de Juliano de Médici.
Uno de los grupos de
El Juicio Final
que necesitaron ser cubiertos.