El lanzagranadas antitanque PIAT británico fue desarrollado durante las primeras etapas de la Segunda Guerra Mundial por el mayor Millis Jefferis como un barato y ligero lanzador antitanque ("proyector" en la terminología británica contemporánea) que podría arrojar proyectiles HEAT a intervalos prolongados y con una mínima precisión.Este sistema le otorgaba al PIAT varias ventajas, entre ellas la falta del fogonazo y humo que delatarían la posición del tirador, así como un cañón barato; sin embargo, entre sus desventajas figuraban el difícil amartillamiento, el gran retroceso al ser disparado y el poco poder de penetración de la granada.El PIAT entró en servicio en 1943, siendo empleado por primera vez durante la invasión Aliada de Sicilia.Seis miembros del ejército británico y de la Commonwealth recibieron la Cruz Victoria al emplear el PIAT en combate.La granada n.º 68 había sido diseñada para dispararse desde una bocacha que se montaba en el cañón del fusil, por lo que era demasiado ligera para producir daños significativos y tenía un alcance muy corto, siendo rara vez empleada en combate.[6] El fusil Boys también era inadecuado como arma antitanque; era pesado, lo que dificultaba su empleo efectivo por la infantería, además de obsoleto; hacia 1940, solamente era efectivo a corta distancia contra automóviles blindados y tanques ligeros.Conocido como Efecto Munroe, fue perfeccionado por el científico alemán Egon Neumann, que observó un aumento del daño producido si se forraba la concavidad con metal.La velocidad y la inmensa presión producida por la explosión, ayudaban al chorro de metal líquido a crear un pequeño agujero en el blindaje y transmitir una gran onda expansiva junto con grandes cantidades de esquirlas al interior del blanco.[8] Blacker finalmente diseñó un mortero ligero al que llamó "Arbalest" y lo envió a la War Office para ser probado, pero fue rechazado en favor de un mortero de diseño español.Sin amilanarse, Blacker continuó con sus experimentos y decidió tratar de inventar un arma antitanque portátil basada en el sistema de espiga, pero descubrió que la espiga no podía generar la velocidad necesaria para penetrar blindajes.[10] Entonces Blacker desarrollo una granada de carga hueca con la mezcla propulsora en su cola, la cual encajaba en un lanzador disparado desde el hombro que estaba compuesto por un cilindro metálico que contenía un gran muelle y la espiga; la granada era puesta en una batea situada en la parte delantera del cilindro y, al ser apretado el gatillo, la espiga impactaba en la cola de la granada, disparándola desde la batea a una distancia aproximada de 140 m (5500 pulgadas).[16] Los tiradores de pequeña estatura muchas veces tenían problemas para efectuar esta operación, ya que no tenían la suficiente altura para tirar hacia arriba el cuerpo del arma y así amartillarla; también era una operación difícil de efectuar estando echado en el suelo, ya que frecuentemente así se empleaba el PIAT en combate.[6][16] El entrenamiento para emplear el PIAT ponía énfasis en su empleo desde una trinchera para poder ocultar al equipo de tiradores y siempre que sea posible, atacar los flancos y la parte posterior de los tanques enemigos.[6] El PIAT también era frecuentemente empleado para destruir posiciones enemigas situadas dentro de casas o búnkeres.[25] Y en la Francia Ocupada, la Resistencia francesa empleaba el PIAT como un sustituto de morteros o cañones.[27] Seis miembros de las Fuerzas Armadas británicas y del Commonwealth recibieron la Cruz Victoria al emplear el PIAT en combate.[31] Durante la batalla de Arnhem, entre el 19 y el 25 de septiembre, el Mayor Robert Henry Cain empleó un PIAT para detener un tanque Tiger I que avanzaba hacia las posiciones de su compañía, forzando a otros tres tanques Panzer IV a retirarse durante un posterior asalto.