Carga hueca

El proyectil impacta contra el blindaje enemigo, se detona la carga explosiva y debido a la forma en que está dispuesta es proyectada hacia delante, con fuerza y velocidad de 8000 m/s y 10 000 kg/cm² de presión.

El efecto se incrementa añadiendo un recubrimiento metálico en forma de cono invertido al explosivo; este recubrimiento es fundido por la detonación, formándose un dardo semilíquido que es proyectado contra el acero enemigo fundiendo el blindaje.

El efecto resultante es una suma de las componentes normales en el centro del cono, convirtiéndose en un chorro de gases (plasma) a alta presión y temperatura, que arrastra al metal fundido del propio cono y lo proyecta hacia el punto de impacto del proyectil, con lo que se produce un efecto de penetración de hasta 30 o 40 cm en hormigón o acero.

Comenzó a utilizarse en la Segunda Guerra Mundial, por parte de Estados Unidos en sus bazoocas, capturados y copiados por Alemania, en sus armas personales anticarro Panzerfaust.

Durante la Guerra del Golfo, los tanques M1 Abrams norteamericanos utilizaron el proyectil de carga hueca STalbot y destruyeron muchos T-62 y T-55 al penetrar la coraza de estos, incinerar a la tripulación y posteriormente hacer detonar todos los explosivos en su interior.

Sección de un proyectil HEAT con la configuración de carga hueca visible en su interior; el cono hueco de cobre está en la parte superior del proyectil; justo debajo del cono, la zona amarilla contiene el explosivo.