Su diseño sirvió de base para el «Erizo» (Hedgehog), un arma antisubmarina muy eficaz en la batalla del Atlántico.[2] El gobierno británico encabezado por Winston Churchill hizo un llamamiento para seguir combatiendo por todos los medios, en un momento en que los recursos eran escasos y las fuerzas armadas se estaban rehaciendo tras haber escapado de la derrota total en la Batalla de Dunkerque.Así se enroló en la artillería, arma en la que sirvió durante la Primera Guerra Mundial.Cuando el mortero iba a ser disparado, la granada era empujada contra la espiga, que detonaba su carga propulsora y la lanzaba por los aires.Esto evolucionó en el Arbalest, que fue enviado al Ejército para ser probado, pero fue rechazado por un mortero español.[7] Se trataba de un mortero que disparaba una granada propulsada por una carga explosiva situada en su cola, la cual era detonada por una espiga accionada mecánicamente.[6] Serviría como un arma antitanque temporal para la Home Guard, hasta que se le pudiese suministrar más cañones de 2 libras.[11] Esta fue desplegada para defender a Gran Bretaña de la previsible invasión alemana.El General Alan Brooke tenía dudas sobre la efectividad del arma, pero creía que su sencillez le permitiría ser empleada por jóvenes soldados.Para ese entonces, se habían producido y suministrado a las fuerzas de todo el país aproximadamente 22.000 bombardas Blacker.[11] Parece que una cantidad de bombardas Blacker entraron en combate con el Ejército británico, siendo empleadas como armas antipersona en la Campaña del Desierto Occidental, a pesar de que su uso pudo ser limitado debido a su peso.
Planos seccionados de la bombarda Blacker.
Soldados de la Home Guard entrenando con una bombarda montada sobre un afuste fijo de hormigón, mayo de 1943.
Emplazamiento de bombarda abandonado en Brompton, Kent (2007).