Se educó en Francia, donde residió hasta los 16 años, momento en que ingresó en la Royal Military Academy, en Woolwich.
Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en la Royal Artillery en Francia, finalizando el conflicto con el rango de teniente coronel.
En el periodo de entreguerras, fue profesor en el Staff College, Camberley y el Imperial Defence College, donde conoció a la mayoría de los que serían los más prominentes comandantes británicos durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque puede parecer una tarea poco relacionada con el éxito de los aliados, merece la pena recordar que Brooke era (entre otras cosas) el responsable de designar a los generales que debían liderar cada fuerza británica, así como los hombres y material asignados a cada uno.
Tras retirarse en 1946, trasladó su residencia habitual a Hartley Wintney, Hampshire, donde falleció y fue enterrado en 1963.
Brooke, que ya era Sir por herencia familiar, recibió el título nobiliario de barón Alanbrooke, de Brookeborough, County Fermanagh (Irlanda del Norte) en 1945, como premio a los servicios prestados durante la Segunda Guerra Mundial, al igual que muchos otros altos comandantes británicos.