En ocasiones, algunos "notarios" copiaban los sermones valiéndose para ello de "notas" o abreviaturas.
[2] Los profetas aparecen en la Biblia pronunciando piezas discursivas de contenido moral y religioso.
Al siglo VIII a. C. (período asirio) se le considera "la época más floreciente de la oratoria hebrea" o del judaísmo: Joel, Amós, Oseas, Isaías o Miqueas.
Entre los patriarcas orientales con más reconocida oratoria estuvo San Juan Crisóstomo ("boca de oro" en griego).
Todos éstos serán los que os ayudarán a sembrar vuestras obras en el cielo...
[12] Este último destacó por sus predicaciones antisemitas, como el arcediano de Écija.
[13] Entre los principales oradores de la Reforma protestante estuvieron Calvino, Lutero, Melanchton, Schleiermacher o Zwinglio.
[21] En el siglo XVIII, la continuidad de ese modelo hasta extremos ridículos fue criticada desde la perspectiva ilustrada (Padre Isla, Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes).
[22] La Tripitaka o Canon Pali, junto con otros textos, contiene los sermones y los discursos de Buda (sutras).