Oda a España

Joaquín Costa, Pérez Galdós o Clarín formaban una generación de pensadores que amaban a España y detestaban el españolismo, y que pedían una «europeización de España».Los intereses mercantiles de Cataluña en las Antillas habían contenido las ansias separatistas iniciadas a finales del siglo XIX.Los propietarios catalanes fomentan el catalanismo ante los gobiernos de la monarquía, al considerarla un Estado castellano incompetente y anticuado, que se había dejado arrebatar el mercado colonial.[3]​ Maragall estaba bastante implicado en los círculos intelectuales y culturales del momento y, aunque no tenía ninguna vinculación política, usó sus escritos para denunciar situaciones de injusticia.Reitera la crítica al uso de los conceptos gloriosos cuando menciona: Termina el poema con un clamor a la desintegración de España o, al menos, a la pérdida de su identidad tal como la había concebido hasta ese momento: En 1908, dentro del movimiento ibérico impulsado por el autor, Maragall publicará un artículo titulado «Visca Espanya!