[4] El término novela científica se ha usado con frecuencia para referirse a la ciencia ficción de finales del siglo XIX y principios del XX, como se ve en la antología Bajo las lunas de Marte: Historia y antología de la novela científica en the Munsey Magazines, 1912-1920,[5] y Novela científica en Gran Bretaña (Scientific Romance in Britain: 1890-1950).
[6] Uno de los primeros autores catalogados dentro del género fue el astrónomo y escritor francés Camille Flammarion, cuyas obras Recits de l'infini y La fin du monde han sido descritas como novelas científicas.
En particular, los escritores británicos tendían a minimizar el papel de los héroes individuales, tomaban una perspectiva evolutiva, alabando una visión sombría del futuro, y tenían poco interés en el espacio como nueva frontera.
Algunos, por ejemplo, se deleitan en aventuras espaciales y mantienen una visión optimista del futuro.
En la década de 1930, hubo autores británicos (como Eric Frank Russell) que escribían ciencia ficción dirigida a publicaciones estadounidenses.
[20] Algunos comentaristas creen que la novela científica tuvo cierto impacto sobre la diversificación del género estadounidense.
[21] La obra tuvo poca repercusión literaria, como venía siendo habitual en publicaciones aparecidas en colecciones periódicas de consumo.
[23] Otro autor español influido por el scientific romance británico es Salvador de Madariaga, cuyas primeras obras pertenecen más la literatura británica que a la española, con su novela La jirafa sagrada o el búho de plata (1925), obra originalmente escrita en inglés.