Conforme las tropas sublevadas del general Francisco Franco ganaban terreno, las prisiones se llenaban de personas que habían sido leales a la República.[3] Durante la guerra civil, muchos padres tuvieron que tomar la decisión de evacuar a sus hijos al extranjero.Esto llevó a que el Servicio Exterior acabase apostando por operaciones clandestinas e incluso el secuestro para poder obtener la repatriación del mayor número de menores.Esto creaba un gran riesgo de que los padres perdieran al niño para siempre.[5] Entre todos los niños españoles en el extranjero, el régimen franquista tenía particular interés en los que estaban en la Unión Soviética.Para Franco, era un golpe de efecto poder sacarlos del país donde había triunfado la revolución comunista.Muchos de los niños que entraron con sus madres a las cárceles enfermaron o murieron en ellas.[9] En el informe no se indica que cantidad de esos niños pudieron acabar siendo adoptados por otras familias.