Junto con otros autores de su misma generación, como Josep María Beá (1942), Luis García (1946), Felipe Hernández Cava (1953), Fernando Fernández (1940), Enric Sió (1942) y Adolfo Usero (1941) participó en la renovación del cómic español.
Así, su infancia en los hogares del Auxilio Social se reflejará más tarde en su serie Paracuellos, en Barrio su encuentro con la vida real, con su barrio, al salir, adolescente del Auxilio Social, mientras que sus primeras experiencias como dibujante durante los años 60 pueden rastrearse en Los Profesionales.
Sus reivindicaciones sobre los derechos de autor y su nueva conciencia del medio le llevan a abandonar Gringo para desarrollar Delta 99 (1967) sobre guiones de Jesús Flores Thies, así como algunas historietas cómicas (Tom Berry y Kiko 2000) para el mercado alemán.
Hasta este momento, la mayoría de sus trabajos se habían publicado en el extranjero, siendo casi un desconocido en España.
En su último trabajo en grupo (el denominado Taller Premiá), realiza la planificación y los fondos de Tequila Bang!
Al final, reconocerá que el trabajo en "equipo no es bueno a la hora de hacer historietas", porque termina siendo poco sentido e industrializado.
[16] Sus máximas influencias gráficas son, según Ludolfo Paramio, Milton Caniff y los dibujantes de Pilote,[17] mientras que Mariano Ayuso y Antonio Lara consideran a Frank Robbins como el primero de sus maestros.
[19] A dibujar mujeres, en concreto, aprendió de Pepe González, compañero suyo en Selecciones Ilustradas.
[22] Abunda, sin embargo, cierto tono sentimental e incluso ñoño en sus historietas, lo que el propio Giménez considera un rasgo de su propio carácter personal y Toni Segarra indica que sirve de "contrapunto a esas otras secuencias mucho más duras y sobrias".
Recurre para subrayarlo a cierta simbología elemental y, por lo tanto, fácilmente asimilable por cualquier tipo de lector.
[26] Sus obras más personales también se caracterizan por cierto maniqueísmo que separa a los personajes en dos bandos, el de los "malos" y el de los "buenos", aunque esto puede estar justificado por las propias personas e historietas que elige reflejar.
[19] En 1982, al ser preguntado por sus películas favoritas, citaba Doce hombres sin piedad (1957), Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) y La guerra de las galaxias (1977).