El término municipal está atravesado por la antigua carretera N-II entre los pK 637 y 639.
El relieve del municipio está caracterizado por la franja costera entre Vilasar de Mar y Masnou, sin apenas elevaciones.
La playa es arenosa, pero sufre una gran transgresión marina que en su día se intentó solucionar con la construcción de unos espigones y que, en los últimos años, se corrige temporalmente con la aportación artificial de arena del fondo marino, sin la cual no existiría en muchos lugares.
Junto a las playas hay unos paseos, dotados de ejercicios variados para deportistas, con gran amplitud para caminar e ir en bicicleta.
Premiá de Mar tiene un clima mediterráneo típico con una temperatura media anual rondando los 17 °C.
De media, las temperaturas máximas durante el verano rondan los 28-29 °C y las mínimas 20-21 °C.
Estos datos son importantes, ya que se constata la presencia humana en el mismo lugar donde muchos siglos después se levantaría el pueblo de Premià de Mar con una cronología tan antigua como es el entorno del 4500 a. C. o poco antes.
Época Íbera La época íbera, que se desarrolla entre los siglos VI y I a. C., tiene su máximo exponente en el poblado de la Cadira del Bisbe, que se encuentra en Premià de Dalt.
Al llevarse a cabo las obras de colocación del nuevo colector, a finales del año 1999 y principios del 2000, en el seguimiento arqueológico efectuado en la calle Mossèn Jacint Verdaguer, se ha podido excavar otra parte de este asentamiento romano, que corresponde esencialmente a almacenes, talleres, hornos y otros elementos productivos de la villa (la llamada pars rustica, en contraposición a la pars urbana o residencial).
A finales del año 2000 se descubrieron nuevos restos arqueológicos en los terrenos de can Ferrerons.
En los años 2002 y 2006 se han podido excavar también otros restos pertenecientes a la misma propiedad, situados por encima de la plaza del Dr. Ferran, donde se han encontrado nuevos restos que confirman la gran extensión de la villa romana de la Gran Vía-can Ferrerons, en torno a las 5,5 hectáreas.
Otro yacimiento romano relevante de Premià es la necrópolis situada en los actuales jardines del Palmar, bárbaramente destruida por las excavadoras en el año 1976, y que contenía más de setenta tumbas datables en el Bajo Imperio (siglos IV-V d. C.).
Después de la caída del Imperio Romano, el caos parece dominar en todas partes, y se incrementará aún más con la invasión sarracena.
Las antiguas casas típicas (de las que todavía hoy se conservan bastantes en el casco antiguo) son construcciones con fachadas blancas, de planta baja y un piso, con un amplio ventanal, enrejado, que da a la calle y, generalmente, con un patio en su parte posterior.
El Bellamar (junto con la estación de RENFE) fue, durante mucho tiempo, el único edificio instalado entre las vías y la playa.
La Gran Vía Lluís Companys constituye el eje básico alrededor del cual gira toda la actividad comercial de la villa.
Durante el primer tercio del siglo XX fue una pequeña población marinera, textil (estampación) y con algunas casas de veraneo.
Aparte de la programación regular de teatro y música profesional, las entidades culturales del municipio contamos con el espacio la Amistad para poder ofrecer sus conciertos y espectáculos teatrales.