La fiesta rememora los ataques que los piratas berberiscos realizaban en las costas del Maresme entre los siglos XVI y XVIII, sobre todo protagonizados por algerianos acompañados de tripulación croata, catalana y sarda.
En él hay diversión asegurada por las noches y hasta llegar la madrugada.
Hay un lugar en el pueblo que no puede conquistar y es donde se concentran los premianenses, la calle San Antonio.
Los piratas subastan a aquellos que capturaron durante el desembarco y se realizan juegos para los más pequeños.
Los premianenses están decididos a impedirlo y se desencadena una batalla de harina.