Fue desarrollado en 1926 por el ingeniero estadounidense Murray Raney,[1] como catalizador alternativo para la hidrogenación industrial de algunos aceites vegetales.En tiempos recientes se ha usado mucho como catalizador heterogéneo en una gran variedad de síntesis orgánicas, generalmente hidrogenaciones.El aluminio que queda tras la activación contribuye a preservar la estructura porosa del catalizador.Las aleaciones se preparan fundiendo el metal activo (níquel, aunque puede usarse también hierro o cobre) y el aluminio en un crisol, enfriando rápidamente (templando) la mezcla resultante; dicha aleación se muele hasta obtener un polvo muy fino.Dichas propiedades son consecuencia directa del proceso de activación y contribuyen a su gran poder catalítico.La fase NiAl le proporciona la estabilidad térmica al catalizador, así, la aleación resultante es bastante resistente a la descomposición (rotura o envejecimiento).[3] Este hecho permite conservar el níquel Raney durante largos periodos de tiempo, aunque en el laboratorio se prefieren las preparaciones recientes.El anillo aromático del benceno es muy estable químicamente, pero el níquel Raney permite hidrogenarlo sin demasiada dificultad.[10] Además de su papel como catalizador, el níquel Raney puede usarse como reactivo para desulfurar compuestos orgánicos,[11] como los tioacetales que pueden reducirse a hidrocarburos.Cuando quema al aire, se forman gases tóxicos, y debe usarse una mascarilla para extinguirlo.Puede provocar irritaciones del tracto respiratorio, cavidad nasal y fibrosis pulmonar si se inhala.Su ingestión puede dar lugar a trastornos intestinales, además de ser irritante en la piel y los ojos.Además, la activación del níquel Raney produce grandes cantidades de hidrógeno como subproducto, el cual es altamente inflamable.Tras el desarrollo del níquel Raney, se han probado otras aleaciones, siendo una de las más notables la formada por cobre, rutenio y cobalto.Investigaciones posteriores han mostrado que la adición de un tercer metal a la aleación binaria aumenta la actividad catalítica.
El níquel Raney es
pirofórico
y debe manejarse con cuidado. Este recipiento está relleno con
vermiculita
para proteger la botella interior sellada de níquel Raney.
El benceno se reduce con níquel Raney para sintetizar nylon.
Ejemplo de desulfuración de un tioacetal usando níquel Raney.