Hoy se cuenta entre los museos europeos más originales en ese terreno artístico.En el palacio se acoge actualmente la gran biblioteca especializada en historia del arte, específicamente de escultura, y su archivo histórico, que conserva importantes documentos.Pero, en 1961, el Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, instalado hasta ese momento en el Casón del Buen Retiro, se trasladó al edificio del Museo de América, aunque ya sin exponerse al público.Durante veinte años sus colecciones han estado almacenadas completamente o en su práctica totalidad, a la espera de su realojamiento en un espacio visitable.Ofrecen un excelente repertorio de obras maestras, principalmente de escultura, de toda la cultura occidental que van desde el arte egipcio y caldeo-asirio, deteniéndose sobre todo en el clásico grecorromano (más destacables), pero también por el arte medieval (románico-gótico), renacentista y barroco, hasta llegar al siglo XIX.Era una institución que llevaba una década cerrada al público y carecía de sede estable desde hacía medio siglo.En la actualidad está completamente acondicionada su capilla, la Iglesia de San Benito el Viejo, mientras que el resto del palacio se encuentra en fase de acondicionamiento, una vez estudiada su futura adecuación.Ambos presentan elementos decorativos propios del gótico tardío: motivos con yugos y flechas, hojarascas que invaden todas las superficies.El primer piso del claustro se resuelve con arcos de medio punto, apeados sobre columnas helicoidales, y el segundo, mediante ventanales con antepechos calados y tracerías de gran belleza, realizados en piedra.Alrededor del patio, antes se encontraban las celdas, la capilla y el comedor.La fachada, un retablo en piedra, incluye elementos figurativos complejos que parecen apelar a la educación y sus beneficios.La diferencia entre este y el escudo del patio separa la fecha en que se esculpieron: una anterior, otra posterior a la toma de Granada.Ofrece un proporcionado patio del siglo XVI, con dos pisos, arcos de medio punto apeados sobre columnas jónicas y medallones en las enjutas, al que abre la escalera principal, de tres tramos, abierta al claustro.A los lados de la fachada aparecen sendas torres que dan rango palacial al edificio.Los anaqueles con libros ocupaban por completo, hasta el techo, las paredes de cuatro grandes salas.En 1912, la Casa del Sol, junto con su capilla, la Iglesia de San Benito el Viejo, fue comprada por las Oblatas, quienes permanecieron en ella hasta 1980, fecha en la que esas edificaciones fueron compradas por los Mercedarios Descalzos, siendo adquirido al fin por el Estado en 1999.En la actualidad, completamente restaurado, se encuentra en fase de estudio para su acomodación a los espacios del Museo.En 1921, San Benito el Viejo volvió a abrirse al culto como capilla de las Madres Oblatas, que habitaban desde 1912 la vecina Casa del Sol.Se cubre actualmente mediante bóvedas de medio cañón con lunetos terminadas en 1939, ya que hasta mediados del siglo XVIII, su cubrición había sido mediante artesonados de madera, realizándose hacia 1750 unos cielorrasos condenando los artesonados.El Museo Nacional de Escultura alberga esculturas nacionales y europeas, de los antiguos ámbitos territoriales vinculados a España (Latinoamérica, Flandes e Italia), cuya cronología abarca desde los siglos XIII hasta el siglo XX.No obstante, su colección, no se circunscribe únicamente al ámbito escultórico pues custodia obras de otras disciplinas artísticas como obras pictóricas, una colección de reproducciones artísticas y un extenso patrimonio documental.Entre los pintores presentes en sus fondos se encuentran artistas como Antonio Moro, Ribalta, Rubens, Zurbarán o Luis Meléndez.El recorrido a través de la colección permanente que se expone en el Colegio de San Gregorio sigue un orden histórico-temporal, que a su vez, se mezcla con una distribución temática.[11] En cuanto a la temática, en el arte medieval, se supera la prohibición bíblica de fabricar y rendir culto a las imágenes permitiendo dar rienda suelta a la creación de todo el imaginario del cristianismo y se produce un avance hacia el naturalismo emprendido por algunos focos artísticos centroeuropeos.El conjunto presenta una rica ornamentación renacentista a base de grutescos, medallones, mascarones y trofeos.Debido a su gran volumen y la ausencia de algunas piezas el conjunto se presenta fragmentado.En su montaje original, consta de un gran cuerpo central semicircular y dos alas rectas laterales.En total, son 104 imágenes procedentes de sus fondos las que se integran en los correspondientes pasos.Esta práctica de la religiosidad católica que, condensa los rasgos más característicos del gusto barroco, perduró hasta el siglo XVIII cuando la secularización de la población y el avance de la mentalidad ilustrada hicieron que mermará el interés por esta costumbre que, fue relanzada, hacia 1920 por la Iglesia.En cuanto a los materiales, destaca principalmente el yeso, pero también, los bronces, terracotas, etc.