Últimos fuegos góticos

Nunca se había expuesto en España una colección germana de esa época caracterizada por cambios graduales en la figuración centroeuropea.

La metáfora del fuego tiene aquí varios sentidos: porque este final gótico desapareció en pleno ardor creativo, dados los avatares religiosos; por sus formas llameantes -flamígeras-, que traducen el sentimiento de inquietud espiritual de su tiempo.

Está centrada en el gran escultor Tilman Riemenschneider, con sus famosos Cuatro Evangelistas, conjunto destacado del Bode Museum berlinés.

La primera se titula “La Escultura a través de un vasto país”.

A su juicio, los cristianos no necesitaban intermediarios para gozar de la favor divino.

Los artistas se orientaron, entonces, hacia temas nuevos, a menudo extraídos de la Antigüedad, destinados a los selectos círculos humanistas de Augsburgo y Núremberg, las primeras ciudades en donde se difundió el Renacimiento.

La última parte de la exposición, “Personalidades Artísticas”, se centra en los principales escultores: Riemenschneider, Leinberger (trabajaron ambos siempre para la clientela católica) y Stoss.

En lo relativo al material, así como en la función, sus esculturas encajaban en tradiciones de siglos precedentes.

Tilman Riemenschneider
Mutmaßliches Autorretrato, Detalle de Creglinger Retablo de Marien