En 1938 el MNS, junto a otras agrupaciones forma la Alianza Popular Libertadora (APL), y apoya la candidatura de Carlos Ibáñez del Campo.
[8] El movimiento comenzó a gestarse en marzo de 1932, cuando Francisco Javier Díaz Valderrama, un militar retirado y exinspector General del Ejército, invitó a su casa al economista, sociólogo e historiador Carlos Keller, autor del controversial texto La eterna crisis chilena, donde evidenció las consecuencias sociales, políticas, económicas y morales que atravesaba la sociedad chilena luego de la crisis económica mundial producida en 1929.
[8] En la casa de Díaz también se encontraba el abogado Jorge González von Marées, quien ese día cumplía 32 años.
Díaz sabía que González estaba muy interesado en acciones políticas,[4] y le mostró una copia traducida al español por él mismo del programa del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) de Adolf Hitler,[7] que estaba interesado en aplicar en un partido nacionalsocialista chileno.
El MNS, al igual que los movimientos fascistas europeos, se caracterizó por una estructura organizacional jerárquica fuerte y militarizada.
[8] Existía además, un «Consejo Nacista» (CN), consultivo del jefe, integrado por diez miembros electos por él.
[8] Más adelante publicó un periódico propio que se llamó Trabajo (1933) y la revista Acción Chilena (1934), siendo esta última dirigida por Keller.
En las elecciones parlamentarias de 1937 logró elegir a tres diputados: Jorge González von Marées por Santiago, Fernando Guarello Fitz-Henry por Valparaíso y Gustavo Vargas Molinare por Temuco.
El golpe fue frustrado y los nacistas depusieron las armas bajo la promesa de que se respetarían sus vidas; sin embargo, fueron fusilados.
Los miembros de la Alianza Popular Libertadora decidieron quitar de la candidatura a Ibáñez y en desquite contra el gobierno apoyaron al candidato rival Pedro Aguirre Cerda, del Frente Popular (FP), quien venció al oficialista Gustavo Ross Santa María por un estrecho margen, atribuido generalmente a los votos nacistas.
Además, del movimiento se desprendió un segundo grupo, el Partido Nacional Fascista (PNF), dirigido por Raúl Olivares y Osvaldo Gatica.
El MNS entabló estrechas relaciones con Alemania en su momento, recibiendo apoyo financiero y armamentístico por parte del gobierno alemán.
[2] Pese a este giro ideológico, algunos nazis, como Miguel Serrano, continuaron apoyando las ideas de Adolf Hitler.