Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.Tiene los ojos almendrados y lleva un cinturón decorado con olas de origen cretense.Gracias a la sensibilidad artística del dueño de la finca se pudo llevar a cabo una prospección del lugar, así como estudios topográficos e iniciar una excavación arqueológica.Dicha excavación estuvo dirigida por el director a la sazón del Museo Arqueológico Nacional, quien publicó también los primeros estudios sobre el monumento, cuya versión más completa y extensa se encuentran en una revista del Instituto Arqueológico Alemán de 1983.Los datos que se ofrecen a continuación son una síntesis de sus estudios.Se conocen muy pocos monumentos turriformes en la península ibérica, apenas existen unos 30 ejemplos, lo cual demuestra su vinculación a una estructura de tipo regio.El monumento se encontró derruido, con los sillares por tierra, aunque se pudo llevar a cabo una reconstrucción del mismo gracias al basamento in situ y al análisis de la posición de los sillares, que parece ser se encontraban en la posición en la que cayeron originariamente.Por otro lado, el difunto se incineró in situ y se han encontrado restos del ajuar con exquisitas piezas griegas como una jarra de tipo enócoe de bronce, un kílix y un lécito áticos.