Cuenta con un mirador con excelentes vistas situado al pie de su castillo.
Su existencia se remonta a dos mil años a. C., según avalan los abundantes restos de cerámica campaniforme y de esculturas y exvotos ibéricos encontrados en su entorno.
Sobre el origen de este nombre hay dos teorías: la primera apunta al vocablo turdetano ulia, que significa monte; la segunda afirma que el nombre se debe a Ulio, nombre propio del rey fundador de la ciudad que fue Sículo I o Sículo II.
En la segunda mitad del siglo I a. C. la ciudad vive su época de esplendor.
El Bellum Hispaniensis de Aulo Hircio relata que Ulia fue la única ciudad de la Bética que permaneció fiel a Julio César durante la guerra civil.
La decadencia del Imperio afectaría también a la ciudad, de la que se tienen pocas noticias en los siglos siguientes.
No se cuenta con referencias arqueológicas ni documentales de la época.
[3] El castillo de Montemayor fue construido por deseo de Martín Alfonso debido a que su cercano castillo de Dos Hermanas era inseguro[6] y poco apropiado para la defensa constante contra los musulmanes,[7] por lo que el señor de Montemayor ordenó desmantelar este último y trasladó a su población a Montemayor por ser un lugar «más ventajoso y fuerte».
También es muy típico el "lagarto" que es pan con la forma de este animal.
Formado por un recinto triangular en cuyos vértices se sitúan sus tres torres: la de las Palomas, la Mocha, carente de almenas, y la del Homenaje, la más alta, rematada con cuatro garitas en sus esquinas.
Fue conquistada en torno a 1240 y entregada al capitán Fernán Núñez de Témez.
El crucero está formado por tres cúpulas, todas ellas de piedra tallada.
Tenía un artesonado y el techo era de tablas pintadas con dibujos ornamentales.
En el siglo XVIII se construye la formidable Capilla del Sagrario.
Se expone una colección de objetos encontrados en su mayoría en la localidad de Montemayor y cercanías, y aportados principalmente por particulares desinteresados o por el párroco don Pablo Moyano Llamas, el cual fundó este museo en 1971.
Se edificó en 1610, pero después del terremoto de Lisboa quedó dañada y tuvo que reedificarse casi por completo en 1766.
Destacan en ella las imágenes procesionales de su interior y el camarín barroco.
En un futuro pasará a ser un espacio para la realización de actividades culturales del municipio.