Para formar la arboleda, los árboles suelen estar juntos uno al otro, por lo que se puede generar un espacio completamente cubierto por los mismos.
[2] En el caso de las arboledas artificiales, éstas son diseñadas y creadas con un fin específico, tal como aportar más espacios verdes a un espacio urbano,[1] señalizar terrenos (práctica común en zonas rurales agrícolas o ganaderas), marcar caminos o simplemente por funciones de diseño urbanístico.
Muchas veces, las arboledas en las ciudades suelen estar en lugares donde la urbanización no ha acabado con toda la naturaleza originaria, coexistiendo con el paisaje urbano.
[3] Algunas arboledas que consisten en una especie única de árboles suelen recibir un término propio.
Las arboledas ubicadas a orillas de los ríos y en terrenos fértiles para el cultivo suelen denominarse sotos.