Juan (mono)

Para profundizar en esa dirección, se decidió enviar un mono al espacio, monitorear sus signos vitales durante el vuelo y traerlo de nuevo con vida.El viaje del mono Juan fue un gran hito para Argentina, ya que para ese entonces solo Estados Unidos, la URSS y Francia habían logrado enviar seres vivos al espacio.El equipo del Proyecto BIO tenía como principal objetivo monitorear los signos vitales de Juan en tiempo real durante el vuelo y regresarlo con vida a la superficie.Durante los primeros cinco minutos, alcanzó una altitud superior a los 7 km, tras lo cual se apagaron sus motores y continuó ascendiendo por inercia varios kilómetros.Una vez alcanzado el punto de mayor altura, el motor se separó de la carga útil y cayó a tierra, mientras que el resto del cohete desplegó unos frenos aerodinámicos para mantener la estabilidad y comenzar a descender lentamente hacia la superficie.Como su nombre lo indica, estos frenos permitían reducir la velocidad (cosa necesaria antes de desplegar el paracaídas) sin perder sustentación.Hasta ese momento, Juan seguía respirando con el oxígeno de la cápsula presurizada y los instrumentos no indicaban ninguna alteración en su salud.Inmediatamente después de esto, se desplegaron otros dos paracaídas más grandes que el primero y comenzó el suave aterrizaje.El operario que lo había sacado alzó en sus manos el pequeño asiento, mostrando a Juan al resto de los presentes.
Un veterinario le pone Juan un sensor fisiológico justo antes del despegue.
Despegue del Canopus II con Juan en su interior.
Frenos en forma de pétalos.
Juan el día del vuelo espacial.