[3] Azize citaría dicho acto en su vejez como un «testimoniando a las generaciones que los árabes han sido amantes del país desde sus primeros pasos, que ellos no dejan minorías molestas, que su incorporación es total.»[1] En 1917 fue la primera vez que la comunidad sirio-libanesa fue llamada en un documento oficial como «siria» en vez de «turca», en ocasión de un acto organizado por el entonces jefe de policía de Santiago del Estero.
[1] Así, las palabras «sirio», «libanés», «levantino» y «árabe» desplazarían al equívoco «turco», aplicado indistintamente a árabes, sirios, libaneses, sefardíes, armenios, griegos y demás comunidades que habían ingresado al país con pasaportes emitidos por el Imperio Otomano.
[4][5] En 1919 conformó «Azize Brothers Corporation Inc.» en Nueva York, luego rebautizada «Dominion Textils Mills Inc.» para adaptar su nombre a los usos locales.
Su casa central estaba en Bartolomé Mitre 343 y era obra del ingeniero Cirilo Nassif.
Fue el primer banco asociado a la inmigración levantina en América Latina.
[7] El mismo tuvo como cofundadores y directivos también a sirio-libaneses de origen judío, como su vicepresidente José Jorge; y continuó teniendo clientes sefardíes incluso luego de la primera guerra árabe-israelí.
El entonces presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, manifestó que «aceptaba gustoso» la presidencia honoraria de dicha institución,[1] probablemente -según Klich- en compensación hacia los sirio-libaneses que habían apoyado su reelección, aglomerados en la Agrupación Descendientes de Sirio-libaneses Pro Candidatura Dr. Hipólito Yrigoyen; dirigida por Gabriel Kairuz y Alberto Yomha.
[1] Al simultáneo, impulsó el programa radial La Hora Sirio-libanesa, transmitido en horarios centrales por diversas emisoras y que constituyó la primera emisión radial de una comunidad de habla árabe emigrada en el mundo y la única que se irradiaba con frecuencia diaria.
Estableció los Servicios Médicos Sirio-libaneses, con consultorios externos de atención gratuita.
Asimismo, colaboró con las obras de edificación del Hospital Sirio-libanés, cuya comisión lo designó asesor permanente.
En ese mismo año, el escritor César Tiempo le solicitó su intervención para conseguir un visado para un hermano del actor José Maurer; dado que a la sazón el Estado argentino era renuente a emitir visados para judíos.
En 1964, donó al Jockey Club de Buenos Aires, del que era socio, un Diccionario Español-Árabe-Latín, editado en España en 1747 y del que sólo se conocen en la actualidad dos ejemplares en el mundo.
[12][5] Figuras públicas como Arturo Capdevila y Silvano Santander por su parte harían apología de la migración levantina.
[13] En ese mismo año, se contabilizaban 300 fábricas y 18.000 comercios propiedad de sirio-libaneses.
tan noblemente representa hace honor a mi patria, y esa fue la razón fundamental por la que he tratado al árabe como a un verdadero gaucho» (14 de julio de 1941).