Luego emitió una protesta y regresó al continente antes de ser atrapado por las fuerzas del orden locales.
Habló con el diario La Razón pata tener cobertura periodística, pero a su director no le interesó la historia.
Luego una gran cantidad de isleños lo escoltaron hasta su partida hacia el continente.
Navegando entre nubes, advertí algunos claros que me permitieron fijar la situación de las islas, orientándome entre la isla Gran Malvina y la isla Soledad cuando vi el canal de San Carlos.
Llegaron cinco personas que me preguntaron en inglés si deseaba o necesitaba algo.
Diez minutos después levanté nuevamente el vuelo para dirigirme a Río Gallegos.
Por otra parte, todo lo tenía previsto; hasta que me hubiesen arrestado.
Iba a ser sancionado por la Fuerza Aérea Argentina, que iba a retirarle su licencia de piloto, pero ante las masivas expresiones de apoyo al piloto, el presidente Arturo Illia decidió anular el castigo.
Como consecuencia, Londres decidió destacar en las islas un contingente permanente de Marines Reales.
[7] Mientras tanto, el gobierno colonial británico decidió que el hipódromo sea bloqueado para prevenir la llegada de otro avión argentino.
Sin embargo, los obstáculos fueron retirados posteriormente y en 1966 llegó un avión de Aerolíneas Argentinas tomado por militantes, que llevaron a cabo el Operativo Cóndor.