Messerschmitt Me 163

Tenía un diseño revolucionario, con un desempeño inalcanzable para los demás aviones de su época.Esta mezcla era realmente peligrosa y costó la vida a bastantes buenos pilotos: del piloto Joschi Pols solo se encontraron las gafas y el traje antiácido después de tener un accidente en su Me-163.La compañía Walter había por entonces desarrollado su cohete II-203b estabilizado a 750 kg de empuje con vistas a la asistencia del despegue de aviones pesados y estaba ya trabajando en una unidad aún más potente.Se le asignó la designación Me 163B, ya que la Me 163A se reservaba para una serie de seis prototipos que debían llevar el motor II-203b modificado en calidad de planta motriz primaria.Dittmar volvió a embelesarse con el pilotaje del aparato, pero este era tan buen planeador que se resistía incluso a aterrizar, tomando casi siempre tierra fuera de los lindes de la pista.Pero, tras acelerar, perdió repentinamente el control y la proa del aparato cabeceó violentamente.La comprobada ineficacia del timón de dirección a baja velocidad provocaba que si el avión cogía viento poco favorable pudiese incluso capotar.Cualquier irregularidad en la pista suponía un despegue prematuro o un aterrizaje nada suave, que unido a la práctica inexistencia de amortiguación en el patín ventral, llegaba a lesionar la columna vertebral del piloto o, si uno de los impactos afectaba al sistema de propelente, podía ocasionar una devastadora y fatal explosión.Aun así, la evaluación del motor produjo en un par de ocasiones explosiones que destruyeron por completo las instalaciones.Una vez más, Opitz se vio en apuros, pues el tren de despegue se desprendió durante la aceleración, y la parte final del recorrido tuvo lugar con el patín ventral.Por entonces, el programa de desarrollo se había vuelto a retrasar, debido esta vez a una incursión de bombardeo del tipo que el Komet debía interceptar.El motor se encendía por medio de T-stoff suministrado desde un depósito separado de arranque colocado en la sección superior trasera del fuselaje, mientras que un motor eléctrico ponía en funcionamiento las turbobombas.El empuje de salida al nivel del mar era de 1.500 kg, elevándose a medida que disminuía la presión atmosférica hasta alcanzar los 1700 kg a alta cota.El motor y la totalidad de la sección trasera del fuselaje podían desmontarse fácilmente.El morro estaba ocupado por la radio y equipos auxiliares, incluido un generador accionado por una pequeña hélice autorrotativa.Una vez que la famosa Hanna Reitsch optó por llevarlo a cabo dio con sus huesos en un hospital.Los primeros pilotos seleccionados para tripular el Komet cumplían una primera fase de habituación a bordo de un planeador Habicht con las alas recortadas, pasaban a vuelos planeados en el Me 163A, más tarde a volar el tipo anterior pero lastrado con agua, posteriormente utilizaban los Me 163A motorizados y finalmente eran convertidos al Me 163B.Este consistía en diez cañones cortos verticales de 50 mm, montados en las raíces alares.Esta arma se disparaba automáticamente cuando una célula fotoeléctrica recibía menor cantidad de luz al pasar el avión portador por debajo del objetivo.Cuando el Me-163 entraba en combate contra los bombarderos, superaba en casi 400 km/h la velocidad de estos, teniendo apenas tiempo para soltar una pequeña ráfaga, y posiblemente por la baja cadencia de tiro, el objetivo quedaba entre los dos proyectiles lanzados, saliendo indemne, y no pudiendo hacer más que unas pocas pasadas dada su corta autonomía de tan solo unos 5-6 minutos.Entonces, una vez acabado el combustible, se convertía en un planeador y en un blanco muy fácil para los numerosos cazas que escoltaban los raids de bombardeo.
Tren de despegue reutilizable del Komet.
Dibujo 3 vistas del Messerschmitt Me-163B Komet.