Menceyato de Güímar

[9]​ El menceyato surge como tal a finales del siglo xiv tras la división de la isla en nueve bandos a la muerte o vejez del último mencey único de Tenerife.

Los guanches la trasladan a la cueva de Chinguaro, residencia del mencey, donde la imagen es venerada.

Estos religiosos vivían entre los guanches, hablando su lengua y bautizando a muchos de ellos.

Esta misión duraría hasta fechas próximas al inicio de la conquista.

[10]​ Asegurada su libertad, los guanches de las paces fueron progresivamente integrándose en la nueva sociedad implantada por los castellanos.

Quizás por esto, grupos considerables de guanches continuaron formando núcleos netamente indígenas en lugares como Guaza, y que llegaron a mantener su propia identidad al menos hasta mediados del siglo xviii.