Cueva de Achbinico

La cueva, que queda oculta por hallarse adosado a la misma un edificio de mampostería, es alargada y profunda, estando orientada al este.

[4]​ La cueva y el entorno próximo eran utilizados desde época aborigen, cuya llegada a la isla ha podido datarse en torno al siglo vi a. C.[5]​ Según Fray Alonso de Espinosa, la cueva, que quedaba enmarcada en la demarcación territorial de Güímar, era utilizada por los guanches como lugar para el ordeño del ganado y era denominada en lengua aborigen Achbinico,[6]​ que algunos autores traducen como 'el lugar del trasquilo' o 'he aquí el derrame'.

Este espacio singular, localizado en el lateral derecho de la cueva en una posición destacada al encontrarse en el lugar más elevado de la misma, estaba constituido por diversos hogares planos con diámetros en torno a los 45 cm y que abarcaba una superficie de 5 m².

Entre los restos recuperados en estos hogares se han encontrado huesos de ovicápridos.

[6]​ Por esta época —mediados del siglo xv— se establece además un eremitorio misional a cargo de varios frailes franciscanos, presumiendo los historiadores que se localizaba en la referida cueva o sus proximidades.

[14]​ En 1543 los frailes dominicos ceden la cueva para que la Diócesis estableciera en ella la parroquia de la comarca de Güímar, creada diez años antes y que había causado conflictos entre los frailes y el clero secular al haber sido establecida primeramente en el santuario de la Virgen.

[4]​[9]​[1]​ La cueva forma parte del conocido como conjunto arqueológico de Achbinico, que abarca el espacio comprendido entre la desembocadura del barranco de la Tapia y los riscos próximos a la propia Basílica.

Réplica de la primitiva imagen de la virgen de Candelaria en el interior de la cueva.
Interior de la cueva de Achbinico.