El mecanizado con láser es un proceso especial o proceso no convencional de mecanizado de índole térmica, que no genera viruta, en el que la eliminación del material se provoca por la fusión y vaporización del mismo al concentrar en zonas localizadas elevadas temperaturas.
La tasa de eliminación del material no es masiva, y se produce una zona afectada por el calor que puede alterar la estructura cristalina, perjudicando así las propiedades resistentes del material.
El láser refuerza la luz mediante absorción e irradiación de energía.
El haz láser erosiona el material en varias capas, obteniendo de este modo, la geometría y profundidad requeridas.
Para materiales metálicos se suelen emplear gases inertes como por ejemplo el argón.
El mecanizado con láser se emplea para mecanizar cualquier tipo de material independientemente de su dureza o maquinabilidad, como por ejemplo: metales duros y blandos, aleaciones termorresistentes, cerámicas, silicio, composite, cueros, cartón, tejidos, madera, plásticos, etc… Algunos materiales absorben la radiación del haz excepcionalmente bien, pero otros mucho peor.
Sin embargo, los taladros tienden a ser ligeramente cónicos, impidiendo grandes profundidades, y no pueden obtenerse agujeros escalonados.
La intensidad del valor umbral es muy grande en materiales que poseen alta conductividad eléctrica.
Los metales se pueden rotular mucho mejor quemando por inserción las capas externas del material con polvo cerámico.
El haz láser funde la capa superficial del plástico, produciendo burbujas de gas que al enfriarse el material quedan cerradas.
Este proceso se utiliza para marcar materiales como el metal, plásticos y cuero mediante un sistema de rotulación láser.
Puesto que la radiación láser penetra en el plástico, la superficie queda prácticamente sin defectos.
La soldadura por rayo láser es un proceso de soldadura por fusión que utiliza la energía aportada por un haz láser para fundir y re cristalizar el material o los materiales a unir.