[cita requerida] La obra Vidas paralelas de Plutarco contiene la siguiente línea: «El primer mensajero que dio la noticia sobre la llegada de Lúculo estuvo tan lejos de complacer a Tigranes que éste le cortó la cabeza por sus sufrimientos; y sin ningún hombre atreverse a llevar más información, y sin ninguna inteligencia del todo, Tigranes se sentó mientras la guerra crecía a su alrededor, dando oído sólo a aquellos que lo halagaran...».
[1] El consejo «No mates al mensajero» fue expresado (muy oblicuamente) por Shakespeare en la segunda parte de su obra Enrique IV (1598),[2] así como en Antonio y Cleopatra.
[8] Las reacciones a la organización alertadora WikiLeaks resultó en llamados de no matar al mensajero.
[9] Una expresión sintácticamente similar es «No le disparen al pianista; lo hace lo mejor que puede».
Durante su tour a los Estados Unidos, Oscar Wilde vio este dicho en un aviso en una taberna en Leadville, Colorado.