Masacre de La Hoyada (1988)

Las personas fallecidas fueron en total ocho, y posteriormente sus cuerpos fueron arrojados a una fosa común de ubicación desconocida.

[1]​ En Pucallpa y los pueblos periféricos, Sendero Luminoso aplicaba la llamada lista negra, que tenía los nombres de personas bajo sospecha de ser homosexual o travesti.

[1]​ Además del turismo, La Hoyada también funcionaba como un punto de partida escondido para la migración LGBT que buscaba escapar de las matanzas y torturas del PCP-SL y del MRTA, otro movimiento de extrema izquierda que despreciaba a las minorías sexuales, hacia Iquitos, la capital de la región Loreto, que por su aislamiento territorial había logrado mantenerse al margen de la época del terrorismo en el Perú.

[1]​ Uno de los periodistas, terminada la masacre, calificó despectivamente a los asesinados como «fumones, cabros y prostis».

Los cuerpos fueron depositados en una fosa común, y como las personas que acudían a La Hoyada temían ser o ya estaban incluido dentro de la lista negra senderista, sus restos no fueron reclamados por familiares o conocidos por temor a represalias de parte de los terroristas.