Campaña de la lista negra

[2]​ En dichos territorios, las mujeres y las personas no heterosexuales eran los principales objetivos de las huestes senderistas.

[2]​ Según los criterios senderistas, un hombre que podía ser incluido en la lista negra por la sospecha de su orientación sexual no heteronormativa tenía que tener cabello largo, voz suave, afeminamiento y andar muy cerca de otro varón.

[2]​ Los cadáveres de las personas LGBT ejecutadas por estar en la lista negra eran desaparecidos en el río Ucayali y vertederos.

[2]​ Algunos homosexuales y transexuales incluso se inscribían en las Fuerzas Armadas, que también era una institución conservadora, para poder tener protección al ser incluidos en las listas negras.

[2]​ Aunque fueron prácticas degradantes (en donde se incluyeron masacres y tortura), la política de la lista negra llegaba a tener cierta aceptación entre los civiles al usar los senderistas los prejuicios sociales para ganarse el favor de la población.

El parque de la Lupuna en la carretera antigua a Yarinacocha , sitio preferido por los senderistas para dejar los cadáveres de sus víctimas LGBT. [ 2 ]