[2] Los martyria, generalmente de pequeñas dimensiones, fueron muy comunes en la iglesia primitiva, a comienzos del siglo IV.
No tenían un diseño arquitectónico común, existiendo gran variedad de modelos, aunque la expresión rotonda martyrium, asociada a las plantas centralizadas (circulares o poligonales, que también eran frecuentes en los mausoleos romanos[3]) se ha interpretado como simbolismo de la muerte y la eternidad.
El primer traslado de reliquias se registró en el año 354 en Antioquía, cuando las de San Babil (que estaban en un sarcófago) fueron trasladas a una nueva iglesia.
[6] Entre las grandes construcciones cristianas fundadas a iniciativa del emperador Constantino están verdaderos martyria, como la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, construida sobre el lugar que la tradición veneraba como el de la muerte y la tumba de Cristo, y las basílicas de San Pedro del Vaticano y San Pablo Extramuros en Roma, construidas sobre los venerados como lugares de martirio y enterramiento de ambos apóstoles.
Entre los martyria que más aproximadamente han conservado su aspecto original están:[6]