Martin Knutzen

Su amplia biblioteca sobre ciencias naturales constituyó un recurso invalorable para la redacción del primer tratado de Kant, Gedanken von der wahren Schätzung der lebendigen Kräfte ("Meditaciones sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas"), un ensayo matemático, y ejerció una poderosa influencia en el pensamiento kantiano.

Knutzen sería también una figura importante en la formación de Johann Georg Hamann.

Martin Knutzen, nació en Königsberg (hoy Kaliningrado) en 1713, ciudad en la que murió en el año 1751.

Presiones externas impidieron que se hiciera cargo de una cátedra ordinaria.

Como su discípulo Kant, Knutzen llevó una vida alejada del mundanal ruido y dedicada al estudio.

Tres días después de que Flottwell escribiera estas palabras, Knutzen estaba muerto (Kuehn, 2001).

En efecto, su carácter impetuoso y exagerado, tanto en el estudio como en la labor académica, acabó con su vida a la edad de 37 años.

Funk daba conferencias sobre jurisprudencia y como lo señaló Hippet (Borowski, 1804): Justamente, porque podía vivir sin el ingreso de sus conferencias, Funk era con mucho el mejor de los profesores (Magister).

Mi querido y viejo Funk, que se había casado con la viuda del profesor Knutzen, alguien muy famoso en su tiempo, no se privaba de ciertas distracciones añadidas al hecho conyugal, pero sus lecciones eran tan castas como la cama de un élego.

Esta obra había aparecido primeramente como una serie de artículos en las “Königsberger Intelligenzblätler” (Knutzen, 1745).

Así, Johann Georg Hamann (1730-1788) mentor del movimiento literario “Sturm und Drang”, decía en su autobiografía: Yo fui alumno del famoso Knutzen en todos sus cursos sobre filosofía y matemáticas, al igual que en sus conferencias privadas sobre álgebra; también fui miembro de la sociedad psicoteológica que él fundó pero que no tuvo éxito.

Knutzen tomó, filosóficamente hablando, una postura antileibniziana, al sostener que la teoría de la armonía preestablecida era tan errónea como el ocasionalismo y que la única teoría razonable era la del influjo físico, en la senda de Locke y el corpuscularismo.

De hecho, la muerte le sobrevino cuando se encontraba traduciendo el ensayo de John Locke “Of the Conduct of the Human Understanding”, en español "La conducta del entendimiento".

En 1744, tuvo lugar una importante controversia que conmocionó los medios científicos y académicos de la época.

Cuando en ese mismo año apareció un cometa, Knutzen se hizo célebre en la ciudad y se ganó una reputación de gran astrónomo que sobrepasó las fronteras de Königsberg.

Este libro, fue, según Christian Jacob, Kraus (1753-1807), el discípulo más inteligente de Kant, el que despertó el interés de éste por la ciencia, llevándole a escribir su propia “Historia General de la Naturaleza y Teoría del Cielo” (Kant, 1755) que apareció once años más tarde.

Al igual que otros alumnos, Kant debió contemplar a Knutzen como un héroe.

Estos jamás reconocieron que la predicción de su maestro estuviera equivocada hasta el punto en que un poema, escrito con ocasión del entierro de Knutzen, éste era comparado con Newton, Descartes, Leibniz, Locke y Boyle.

La obra de Knutzen sobre los cometas obedecía en todo caso a intereses teológicos.

Éste mantenía que el temor a los cometas como portadores de malos augurios estaba bien fundado.

De Knutzen se dijo que cuando era estudiante no se acercó a los aristotélicos sino “a los hombres que tenían la suficiente preparación para poder instruirlo en la filosofía más reciente, en la matemática”.

En efecto, Knutzen en su preclaro ensayo titulado: “Von dem Wahren Auctore der Arithmeticae Binariae, …” en español “Del verdadero autor de la Aritmética Binaria, también llamada Diádica Leibniziana” (Knutzen, 1742), afirma, con razón, que el sistema binario de numeración atribuido por muchos, incluido el mismo, a Leibniz, era debida al obispo español Juan Caramuel de Lobkowitz (Caramuel, 1670).

Knutzen, M.: “Vertheidigte Wahrheit der Christlichen Religion gegen den Einwurf: Daβ die Christliche Offenbahrung nich algemein sey: Wobey besonders die Scheingründe des bekannten Englischen Deisten Mattüi Tindal, Welche in deβen Beweise, Daβ das Christentum so alt wie die Welt sey, enthalten, erwogen und winderlegt werden”.

Knutzen, M.: “Von dem Wahren Auctore der Arithmeticae Binariae, oder so gennanten Leibnitzianischen Dyadic”.